Es frecuente que los hoteles sufran la desaparición de toallas, bombillas, cubertería, secadores, pilas del mando a distancia, albornoces, secadores, copas, sábanas u obras de arte de las paredes, afirma Francisco Canals, periodista especializado en sucesos y defensa del consumidor. "Internet se ha convertido en un hervidero para la picaresca en el que centenares de usuarios muestran sus 'trofeos' e intercambian trucos para sustraer objetos con mayor facilidad", añade.
Tampoco faltan robos de refrescos o licores de las minineveras; algunos hoteles ya utilizan contramedidas tecnológicas, como básculas electrónicas y sensores de movimiento que detectan cuándo alguien ha tomado una consumición.
La feroz competencia hotelera que se vive en España lleva a algunos hoteles a publicar comentarios negativos sobre establecimientos de la competencia y en otros casos reviews positivos sobre su mismo hotel simulando el nombre de otros clientes ('fake reviews').
Los ladrones especializados en hoteles tampoco faltan durante esta época del año, adquieren distintas identidades y engañan hasta el más avispado de los recepcionistas. Rastrean los pasadizos en busca de una puerta mal cerrada o hackean las cerraduras electrónicas para sustraer objetos de valor. En la actualidad también proliferan sitios web espejo, operan internacionalmente y se dedican a duplicar la imagen y contenido de webs hoteleras induciendo a confusión al cliente quien acaba pagando en el sitio web clonado.
Movilidad en el mundo rural
Un coche compartido entre todos los vecinos: la revolucionaria idea para solucionar el problema de la movilidad en Lousame (A Coruña)
Once vecinos de una aldea de la localidad de Lousame han inventado una nueva forma de movilidad sostenible al compartir un coche eléctrico para cubrir sus necesidades y hacer viable la vida rural.