El Tívoli de Benalmádena fue uno de los parques de atracciones más míticos del siglo pasado, pero ahora acaba de cumplir dos años cerrado, aunque mantiene intacta a su plantilla. Sus 79 trabajadores, que llevan ya 13 meses sin recibir su nómina, están atrapados en una maraña legal, ya que están dados de alta y no pueden cobrar el paro ni jubilarse: "No podemos trabajar. Nos tienen las manos cogidas", confiesa uno de ellos. Otro de los empleados nos comenta que está viviendo de sus familiares porque no puede hacer frente a los gastos.
A la espera de lo que decida la justicia su situación es límite, el parque acaba de celebrar su 50 aniversario y muchos de sus empleados siguen trabajando en él con la esperanza de que algún día se pueda volver a abrir.
Reclaman un nuevo convenio
Los porteros de fincas, hartos de recibir paquetes: piden que la ley les proteja para evitar convertirse en repartidores
Los detalles Los conserjes reclaman que no se dé por hecho que son responsables de recoger y almacenar los pedidos online de los vecinos y que se limiten sus datos.