Ninguno de los tres sabía nadar: eso es lo que ha declarado ante la Guardia Civil la otra hija de la familia ahogada en Mijas, Málaga, de 12 años. Su testimonio es clave, porque ella estaba con la menor cuando comenzó a tener problemas para salir de la piscina en la que acabó muriendo la pequeña junto a su padre y su hermano.
El informe preliminar de la autopsia determina, según los primeros resultados, que tanto el padre, de 52 años, como el hijo de 16, y la menor de nueve murieron ahogados. Los forenses no han encontrado rastro de heridas, golpes o intoxicación por cloro en sus cuerpos.
Una tragedia de la que se han hecho eco los medios británicos que, conmocionados con lo ocurrido, aportan más información sobre la familia. Por ejemplo, que el padre era pastor, y dirigió 'Open Heavens London', un lugar de culto evangélico en Erith, al sureste de Londres.
Mientras, los agentes continúan investigando. Ya han confirmado que en la piscina se ha encontrado el gorro de baño de la niña; pero la asociación unificada de Guardias Civiles afirma que los agentes que participaron en la primera inspección no encontraron nada anómalo en el suelo de la piscina.
Algo que corrobora el trabajador que se lanzó a la piscina para auxiliar a la familia: dice que cuando llegó estaban inconscientes, en el fondo. Y ha contado que tuvo problemas para salir del agua, pero no por la succión, sino por la dificultad para sacar los cuerpos.