La Guardia Civil, en el marco de la 'Operación Marlín', ha desarticulado una organización dedicada al tráfico de drogas asentada en Andalucía y que se proveía de plantaciones de marihuana diseminadas por toda la comunidad autónoma.
Los 30 detenidos, de nacionalidades ucraniana, alemana, española y marroquí, camuflaban las sustancias estupefacientes en cajas de cartón como provisiones y ayuda humanitaria destinada a Ucrania.
Estas cajas eran transportadas en furgonetas que simulaban formar parte de una caravana solidaria, pretendiendo así pasar desapercibidas ante los controles policiales y fronterizos. Los investigadores detectaron en la Costa del Sol la existencia de un grupo de ciudadanos de origen ucraniano dedicados a recopilar importantes cantidades de marihuana y, posteriormente, remitirla a diferentes países de Europa, ha detallado el Instituto Armado en una nota de prensa.
Este grupo se desplazaba a diferentes puntos de Andalucía donde recopilaban marihuana ya envasada, y tomando fuertes medidas de seguridad, la transportaban e iban almacenando en un piso situado en la localidad de Mijas (Málaga).
Durante la investigación, la Guardia Civil detectó en Fuengirola (Málaga) dos furgonetas matriculadas en Ucrania con un total de 109 kilogramos de marihuana envasada al vacío y camuflada en cajas de cartón.
Por estos hechos, la Guardia Civil detuvo a los cuatro ocupantes de estos vehículos. En una primera fase, los investigadores llevaron a cabo once registros domiciliarios en la provincia de Málaga, destacando la aprehensión de 740.400 euros, 25.250 dólares americanos, 20 kilogramos de cogollos de marihuana, 1.000 plantas de marihuana, y un arma corta de fuego, así como todo tipo de material policial, chalecos balísticos y dispositivos de seguimiento GPS.
En esta primera fase se procedió a la detención de once personas por delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal, tenencia ilícita de armas y defraudación de fluido eléctrico, entre otros.
Debido a la magnitud de la organización, parte de las actuaciones se reservaron para una segunda fase. En esta ocasión, la Guardia Civil detuvo a catorce proveedores de las sustancias estupefacientes, localizados en las provincias de Granada, Córdoba y Sevilla.
En estos ocho registros practicados, la Guardia Civil intervino 1.500 plantas de marihuana, diez kilogramos de marihuana envasada, cinco armas de fuego y 15.000 euros en efectivo.
Durante las detenciones, dos de los investigados trataron de darse a la fuga llegando a embestir un vehículo policial ocupado por dos agentes, que sufrieron lesiones leves. Esta actitud no les permitió la huida, siendo finalmente detenidos, imputándoseles además un delito contra la seguridad vial y otro de atentado contra agentes de la autoridad.