Mientras centenares de vecinos se manifestaban frente sus casas, el clan de los Chorizos aprovechó para intentar robar en una vivienda rural del pueblo, según la Guardia Civil. Los agentes les cazaron horas después con el botín en una furgoneta: un frigorífico, un sofá, varios muebles y colchones.

Tras el robo huyeron y con sus casas quemadas, intentaron ‘okupar’ una vivienda en Puente Genil, a pocos kilómetros. Desistieron y de vuelta a Sevilla, tres miembros del clan fueron detenidos.

Pero las detenciones no tranquilizan, el ambiente sigue tenso. Están hartos de una oleada de robos en viviendas, comercios y vehículos que dura años. A plena luz del día, como denuncian en las redes sociales los vecinos con fotografías.

Así justifican que el sábado unas 400 personas acabaran en una barriada, donde vive el clan de los Chorizos de etnia gitana, a quienes acusan de los robos. Algunos asaltaron, destrozaron  y quemaron dos viviendas, no había nadie dentro.

Y muchos aprovecharon para recuperar sus pertenencias. Y de nada han servido las llamadas a la calma del alcalde. Exigen medidas ya. El ayuntamiento tiene cinco días. Porque el fin de semana hay convocada otra manifestación contra los robos en Estepa.