Es difícil imaginarse un tsunami asolando las costas de Huelva y Cádiz. No se sabe a ciencia cierta cuándo y dónde va a ocurrir, pero la posibilidad está ahí y el documental 'La Gran Ola' quiere concienciar a la gente.
No sería la primera vez que un maremoto asole el Golfo de Cádiz. En 1775, un tsunami provocado por un seísmo de 9 grados en la escala de Richter y con epicentro cerca de Lisboa, asoló las costas de Huelva y Cádiz.
Dejó más de 1200 muertos. Chipiona, uno de los puntos más afectados por la ola, construyó un monumento para no olvidarlo. "Donde hubo terremotos los habrá. Donde no los hubo puede que los haya en un futuro", afirma Elisa Buforn, catedrática de Ciencias Físicas en la Universidad Complutense de Madrid.
En aquella ocasión, el tsunami tardó una hora en golpear la costa andaluza. Entonces no había manera de predecirlo, pero hoy sí. El problema radica en el voluntad de los gobiernos de Portugal y España para poner el remedio.
"Ningún gobierno hace nada. Está escrito lo que es necesario hacer. Por tanto, los políticos saben que hay riesgo sísmico y que puede ser reducido", explica el profesor del Instituto Superior Técnico de Lisboa, Mario Lopes.
El Instituto Geográfico Nacional tarda solo cuatro minutos en definir la magnitud de la ola, cuánto va a tardar en llegar y dar una lista de posibles poblaciones afectadas. El problema es que todavía no está definido el protocolo para avisar a la población y cómo evacuarla.
"España es el único país que no ha puesto dinero para financiar un sistema de alerta", detalla Mauricio González, director del Grupo de Ingeniería de Costas IH de Cantabria. El protocolo existe. Solo hay que concienciarse de la importancia de avisar e informar a la población. Es algo básico que podría salvar miles de vidas.
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