Una red de ciudadanos chinos se hacía pasar por policías para pedir dinero a sus compatriotas
Decenas de ciudadanos de origen chino se hacían pasar por policías y trabajaban para la mayor red de fraude telefónico de la historia. Operaban 24 horas al día desde chalets perfectamente equipados en Madrid, Bercelona y Alicante. Pudieron robar hasta 16 millones de euros haciendo llamadas y simulando ser policías para pedir dinero a sus compatriotas.
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