Sucedió todo en una finca en Telde, tras una fuerte discusión de la pareja la mató y tras envolverla en cinta islante dejó su cuerpo en el interior de su coche escondido.

Después se fue a casa de sus padres andando y tras confesarles lo que había hecho, ellos le convencieron para que se entregara a la policía y le acompañaron hasta la propia comisaría.

Se han producido varios registros policiales en la finca, uno de ellos incluso, ante la presencia de los propios familiares del asesino confeso.