Ricardo es un ingeniero de telecomunicaciones que sufre de electrosensibilidad. Este síndrome, no reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), le produce fuertes dolores cuando se acerca a fuentes de energía inalámbricas como señales wifi y antenas. Tras dos años de lucha, el Tribunal Superior de Justicia, le ha dado la razón.
El Tribunal ha reconocido la incapacidad de Ricardo para ejercer su profesión y, con ello, "que no estoy loco, que lo que me pasa es algo físico", celebra Ricardo.
Su calvario comenzó en 2007, cuando los dolores de cabeza, de oído, depresión y agresividad dañaban su vida. "Tenía que controlarme mucho porque me metía en problemas", reconoce. Los médicos descartaron que padeciera una enfermedad mental y le diagnosticaron electrosensibilidad.
Se trata de un síndrome neurológico no reconocido por la OMS que se produce por contacto con objetos y espacios con alta actividad electromagnética. Finalmente, tras varias bajas médicas, la empresa reconoció que Ricardo no podía trabajar allí "porque era imposible reducir las radiaciones", explica Jauma Cortés, el abogado de Ricardo.
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Después, Ricardo acudió a los tribunales para lograr que la Seguridad Social le concediera una prestación por incapacidad y, tras lograr esta sentencia pionera, ahora su lucha consiste en intentar vivir evitando antenas, wifis y routers.
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