Los gemelos de Badalona, detenidos con 16 años a punto de partir a Siria a hacer la yihad, son símbolo de la radicalización más dura. Para Rachid e Ymad son dos de los chicos en los que han confiado aquellos que se propusieron sacar del fango. Han fundado una organización para liberar a chavales del fanatismo y saben que es posible, aunque para ello, hay que entender la gravedad de aquello a lo que nos enfrentamos. "No son niños que fueron engañados, son soldados de Daesh", comenta Rachid El Younoussi, secretario de 'Darna'.

Desandar más de un año de adoctrinamiento militar es posible, pero estamos a años luz de su propaganda. "Vamos muy por detrás de este tema, tendríamos que trabajar más un discurso y abogarles al menos unas herramientas de otros jóvenes que sean más atractivas", afirma David, criminólogo y presidente de CISEG.

Cientos de ciudadanos se han acercado a Las Ramblas para dejar flores y velas encendidas.

Es clave darse cuenta cuanto antes de que el proceso está en marcha, estos son los síntomas: "Un niño que era agradable, que era feliz, muy vivo y de repente, por ejemplo, no saluda a las mujeres", comenta Imad Lakzain Banavad, portavoz 'Darna'.

Otro detalle increíble: cuando se preparan para atentar, se unen a sus madres, como en un duelo secreto. "Cuando alguien de Daesh piensa hacer un atentado se pega a su madre", dice Rachid .

Efectivos policiales en el lugar del atentado ocurrido en las Ramblas de Barcelona

Su mente funciona en dos niveles, en uno, el chaval que sigue vivo trabaja y juega al fútbol, como hacía el hermano de Younes. En el otro, el que se prepara para matar. "Son dos partes que no se tocan, la que no se toca y es más oculta va macerando algo", dice Miguel, psicólogo del grupo de trabajo 'Derivas Sectáreas'.

Pero esa mente se puede sanar, dicen los expertos. Estos días, los gemelos han participado en las marchas contra los atentados con su familia. La madre de los gemelos se lo dijo a Rachid: "Estamos haciendo una manifestación para condenar unos hechos y me estoy acordando de que habría perdido a mis hijos". Su desradicalización completa está lejana, pero ya no se creen que en Siria vayan a encontrar esa felicidad que les vendieron.