Los inmigrantes en situación irregular pasan una estancia media de 32 días en instalaciones como el CIE de Aluche, pero las ONG denuncian que en los días previos a un vuelo de deportación, el centro de Madrid se desborda, porque la Policía hace redadas racistas para ‘cazar a inmigrantes’ y llenar lo que, la mayoría en lo que los colectivos sociales llaman "vuelos de la vergüenza". “Si se resisten a subir se les suben embridados o encelofanados, en fin, empaquetados como maletas” dice Marta Perelo, voluntaria de la asociación Karibu.

El colectivo Contra el Cierre de los CIE ha detectado al menos unos 50 vuelos de repatriación en los últimos seis meses de 2013. Mamadou fue testigo de cómo se llevaban por la fuerza a algunos de sus compañeros: “Se lo llevaron por la fuerza con una camisa de fuerza que tiene la Policía y luego te tiran en la furgoneta”.

Durante 51 días, encerrado en un CIE de Aluche tuvo que convivir con el hambre, el frío y los malos tratos. Ni siquiera recibió el tratamiento médico que necesitaba: “El día que acabe la medicina que llevaba ya no me la daban y me daban tranquilizantes”.

Las ONG denuncian, que el servicio médico se ha privatizado y que con el nuevo reglamento los internos solo tienen atención médica durante unas horas, convirtiéndoles en ciudadanos de segunda. Begoña Santos, portavoz de Karibu, explica que “en el resto de tiempo va a ser un funcionario de la Policía el que, sin ningún criterio médico, va a tener que tomar decisiones sanitarias con respecto a esa persona”.

El 80% de los inmigrantes que pasan por un CIE, no son deportados, vuelven a la calle, con el estigma de una orden de expulsión que siempre está "pendiente de ejecución".