La Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico (Ascel) y la Asociación para la Conservación y Estudio para la Naturaleza de Valladolid (Acenva) han denuncian la muerte de un cachorro de lobo ibérico en una cacería desarrollada el 30 de septiembre, en la comarca vallisoletana de Tierra de Campos.
Tras la apertura en septiembre del periodo hábil para la caza de la especie, los primeros lobos comienzan a morir por disparos de cazadores, advierten ambos colectivos, que, a través de un comunicado tildan de "vergonzoso" el ejemplo ocurrido en la referida comarca, donde un lobezno de apenas cuatro meses fue abatido en una cacería autorizada por la Junta de Castilla y León.
Durante 2016 en la provincia de Valladolid no fue necesario abonar ninguna cantidad por daños originados por ataques de lobos, pero aun así, lamentan Ascel y Acenva, se sigue autorizando su caza en este territorio, donde la población de la especie lleva años disminuyendo de forma generalizada.
"Obviamente este pobre cachorro no pudo ser responsable de ningún tipo de daño al ganado, ya que aún era dependiente totalmente de los adultos para poder alimentarse", apuntan ambas asociaciones, que añaden que, sin embargo, "ni esta circunstancia ni la propia de ser una pequeña cría importó al cazador para disparar sobre el animal, seguramente asustado y desorientado por la algarabía de perros y tiros".
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