Trágico accidente

Varios mineros avisaron de que sentían síntomas de intoxicación días antes del accidente de Cerredo

El contexto
Una explosión ocurrida el 31 de marzo en una mina de Cerredo, en Degaña (Asturias), dejó cinco víctimas mortales y cuatro heridos de diversa consideración.

Vista de la bocamina cerrada este lunes en la mina de Cerredo.Vista de la bocamina cerrada este lunes en la mina de Cerredo.Agencia EFE
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Varios trabajadores de la mina Cerredo en Asturias, que sufrió el 31 de marzo un accidente en el que murieron cinco mineros y otros cuatro resultaron heridos, manifestaron sentir síntomas leves de una posible intoxicación de gas días antes del fatal accidente por una explosión de grisú en la tercera planta de la explotación.

Así lo han confirmado a EFE fuentes sindicales y cercanas a las familias de estos trabajadores, lo que podría apuntar la posibilidad de la presencia del gas días antes del accidente.

La acumulación de grisú es la principal hipótesis de las causas de la explosión con la que trabajan los inspectores. Algunos de estos trabajadores, entre los que se encuentran fallecidos, habrían comunicado a sus familiares días antes de la explosión que se encontraban mal e incluso varios acudieron al centro de salud aunque ninguno revistió gravedad.

Los síntomas que presentaban eran malestar general y dolor de cabeza. Según las mismas fuentes, las intoxicaciones que habrían sido de carácter leve eran una muestra de la concentración de grisú, un gas imperceptible pero que desplaza al oxígeno y cuya acumulación en zonas cerradas como minas en la que no exista la suficiente ventilación puede provocar este tipo de intoxicaciones.

Si la acumulación de gas va a más, se puede producir una explosión si hay algún tipo de iniciador a través de cualquier tipo de chispa. Las investigaciones se centran ahora en conocer si los trabajadores continuaron trabajando a pesar de la concentración de grisú, si la ventilación era la adecuada y la causa que provocó la explosión del gas.

En este sentido, fuentes sindicales han explicado que en la mina había medidores de grisú y que aunque existía ventilación para eliminar la concentración del gas, ésta solo funcionaba durante los días laborales.

El accidente se produjo un lunes, por lo que se baraja que no diera tiempo a ventilar adecuadamente los niveles de la explotación en los que se trabajaba. Algo que no sucedía en las grandes explotaciones, antes de su cierre definitivo en el año 2018, cuando la ventilación funcionaba ininterrumpidamente y existía equipos de seguridad para controlar cualquier tipo de incidencia.

El secretario comarcal de UGT en Laciana, Toño Fernández, también ha alertado de las condiciones laborales de estas pequeñas explotaciones, en las que por su número reducido de trabajadores, las organizaciones sindicales no tienen presencia, y cuyos propietarios "son muy exigentes" con la productividad. Unas condiciones laborales que en muchos casos no se denuncian, "por la falta de trabajo en la comarca desde el cierre de las minas" que lleva a aceptar condiciones laborales que "antes no se hubieran permitido", ha añadido el sindicalista