Sigue el miedo a que la tierra vuelva a temblar. La noche después del terremoto en Melilla muchos han preferido dormir al raso, en tiendas de campaña, lejos de edificios y construcciones. Por la mañana, técnicos de Fomento han estado evaluando los edificios más afectados, especialmente la torre del Palacio de la Asamblea. Creen que seguramente no va a haber más remedio que demolerla.