José Antonio Moreno, el dueño de una granja de 2600 cerdos, ya los da por muertos, y asegura que le da miedo "imaginar la cuantía y los daños materiales". La corriente ha llevado algunos de los animales a la orilla, agonizando. "La espera es difícil, les oyes gritar y se te ponen los pelos de punta", cuanta José Antonio.

La granja se inundó el fin de semana, y dos días después les han asegurado desde el Ministerio que cuando baje el agua sacarán a los animales, porque sino podría convertirse en un problema sanitario. Roberto González, alcalde de Villafranca de Ebro, declara que "es un problema sanitario tremendo. Hay 2600 cerdos muertos y hasta que puedan acceder a llevárselos no se lo que puede pasar, igual no se puede en un mes".

Los vecinos achacan a la construcción de la autopista ARA-1, inutilizada por la crecida, la culpa de los destrozos en granjas y campos de cultivo en Villafranca de Ebro, porque habría actuado de dique. José, dueño de otra granja, a sus 86 años no recuerda nada parecido.

Carreteras destrozadas como en Boquiñeni o Pinar de Ebro, viviendas anegadas y negocios arruinados. Unas 43.000 hectáreas en Aragón, La Rioja y Navarra, calculan desde COAG, irrecuperables. Por eso piden la declaración de zona catastrófica e indemnizaciones al 100%, estén o no asegurados.

La ministra de Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, ha visitado las zonas afectadas y le han recibido entre gritos en Soto de Ebro. Se ha reunido con alcaldes y con representantes de los agricultores.

Desde el PSOE, Pedro Sánchez, que también visitó la zona, denuncia que el Gobierno ha reaccionado tarde y mal. "Lo que ha pasado es tan dramático que la gente pide respuestas y no lo que está haciendo Rajoy" declaró el secretario General PSOE. Hecha la foto, ahora, dicen los afectados, falta darles una solución lo antes posible.