España tiene que tener un cementerio nuclear en 2018, en Villar de Cañas. La ubicación está elegida, el proyecto está a punto., pero falta la ejecución. La incógnita es si el retraso se debe a una posible permeabilidad de los terrenos.

La realidad es que el 30 de diciembre de 2011, el pueblo estaba pendiente de un anuncio. Tres años después la alegría desatada ha dado paso a la incredulidad.

No ven el inicio de las obras y temen que las construcciones complementarias que sí han empezado sean fruto de la campaña electoral que se avecina. La empresa adjudicataria calma los ánimos. Enresa dice que "no hay retraso, se está cumpliendo la planificacion".

No todo Villar de cañas aplaude el almacén de residuos. Los fantasmas sobre posibles contaminaciones radiactivas se esfuman con la promesa del progreso económico. La esperanza de vida del cementerio nuclear, una vez nazca, es de 60 años.