Ana vino desde Nigeria andando, pasó la frontera a Ceuta escondida en un coche, al lado del motor, quemándose el cuerpo. Una vez consiguió llegar a Madrid a "estudiar", sus captores le obligaron a pagar una deuda de 40.000 euros por el viaje: "En una casa de vudú juré que iba a pagar el dinero. Yo no sabía que 40.000 es mucho dinero". Poco después conoció realmente a lo que venía: la prostitución: "Me dijeron que si escapaba sin pagar la deuda matarían a mis padres y a mi hijo".

Ana, víctima de la trata de seres humanos

Amelia Tiganus es una joven rumana que sufrió violaciones durante su adolescencia: "Me violaron entre los 13 y los 17, no sé cómo pude resistir a toda esa violencia", aseguraba. Usando el trauma que había pasado, la engañaron para llegar a España "a cumplir su sueño". De esta forma la vendieron por 300 euros a un proxeneta español. Ella sí que conocía el trabajo que iba a hacer en España: "También es un engaño que no te cuenten las condiciones en las que vas a estar, o el dinero que te va a quedar".

Amelia Tiganus, víctima de la explotación sexual

Cuando Jordi Évole la entrevistó, Amelia era activista de Feminicidio.net. Pudo dejar el prostíbulo y encontró trabajo como camarera. Asegura que no fue fácil, pero al lograrlo y darse cuenta de que había sido víctima de explotación sexual, mandó un mensaje a los clientes de la prostitución: "Es hora de que aprendas que las mujeres somos personas y que tienes que relacionarte de manera igualitaria. Tienes que 'reaprender' a ser hombre".

Amelia Tiganus, víctima de explotación sexual

Cifras que evidencian la explotación en España

Según el último balance del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco),en 2018 se registraron 128 víctimas de trata sexual, en su inmensa mayoría mujeres (117). Hasta la fecha, el número había ido en aumento. En 2015 se registraron 133 víctimas, en 2016 hasta 148 y en 2017 el número crecía a 155 casos.

Alarmantes son también el número de personas que estaban en riesgo, 9.315 en el año 2018. Esta cifra superaba las 10.000 el año anterior y casi llegaba a 14.000 en 2014.

La mayor parte de las víctimas eran de origen nigeriano (34). El dato más novedoso del estudio es la irrupción de las mujeres de nacionalidad venezolana y colombiana en los primeros puestos (19 y 18 casos respectivamente), provocado por la situación política de sus países. Las mujeres españolas afectadas por esta violencia durante el 2018 fueron 4.

España figura entre los primeros puestos en lo referido a detenciones por estos delitos: hasta 53 de los 232 detenidos durante el 2018. También hubo gran cantidad de detenidos de origen rumano (50) o nigerianos (46). Esto se explica porque la trata se detecta cuando ya se está cometiendo la explotación, siendo muy difícil desarticular las bandas en los países de origen desde los que trabajan y donde permanecen en la sombra.

Por comunidades autónomas, las más afectadas por explotación sexual son Andalucía (41 víctimas), Cataluña (27) y Ceuta (18). Respecto a la explotación laboral, las comunidades con cifras más altas son Castilla-La Mancha (40 casos), Cataluña (26) y Navarra (8).