La fosa en la que la pequeña cría quedó atrapada era muy profunda, los elefantes intentaron liberarla durante toda la noche anterior sin lograrlo.
A la mañana siguiente, un grupo de agentes forestales comenzaron el rescate ante la mirada de la manada y de los residentes de los pueblos cercanos al bosque.
Cuando el animal pudo salir del agujero, después de que los agentes excavasen una zanja, corrió hacia a encontrarse con el resto de elefantes. La manada recibió a la cría con muestras de alegría y afecto y, acto seguido, uno de ellos se giró hacia los rescatadores y levantó su trompa varias veces, como gesto de agradecimiento por su solidaridad.
Su cría estaba a salvo gracias a ellos. Después siguieron su marcha hacia el bosque mientras los espectadores y trabajadores aplaudían y vitoreaban el gesto del elefante.