Después de visitar las casas los Reyes han llegado a los hospitales. En uno de Barcelona, 150 niños que tienen que estar ingresados los han podido ver de cerca. La mitad han podido recibirlos a su llegada y participar en la fiesta organizada por la visita real.
Otros niños han tenido que esperarles en su habitación. Entre ellos Adrián, acompañado de su madre emocionada, los ha visto y ha abierto sus juguetes. Un día en el que recuperan la ilusión para ponerse buenos lo más pronto posible.
Tampoco se han quedado sin regalo los niños de familias más desfavorecidas. Sólo Cruz Roja ha ayudado a los Reyes a repartir juguetes a 60.000 niños de toda España. En provincia de Vizcaya 2.500 niños sonríen un poco más gracias a esta iniciativa. Porque hoy es un día en el que ninguno de ellos se tiene que quedar sin su regalo.