Cuando Charlotte nació, pesaba menos de 500 gramos y medía unos 25 centímetros. Para entonces, Emma Newman, su madre, vestía a la niña con ropa de muñecas y creía, según le habían explicado los médicos, que no superaría su primer año de vida.
Sin embargo, esta pequeña de Withernsea, East Yorkshire (Reino Unido), sorprendió por su fuerte personalidad y sus ganas de vivir, que han podido con todas las dificultades que la enfermedad le ha impuesto. Charlotte tiene un sistema inmune debilitado y ha tenido quistes en el hígado, pero como explica Emma, "no es tan frágil como se podría pensar".
"Nuestra hija puede sorprenderte cuando menos te lo esperas. No pensábamos que fuera a vivir tanto", admite Emma. "Es pequeña como un ratón, pero valiente como un león", añade orgullosa.