Los niños siempre sorprenden y así lo ha demostrado un pequeño de tres años al que su padre le pidió que envolviera su almuerzo. En ese momento, el niño decidió que era mucho mejor cambiar la comida que iba a llevar para el recreo.
Sin pensarlo dos veces, el niño llenó hasta rebosar su tupper de snacks. Cuando el padre vio lo que había ocurrido subió la imagen del resultado a las redes sociales.