Eccles que tiene mucha experiencia en el buceo con tiburones, ya que son muy característicos en la zona, identificó el extraño acontecimiento como una señal de socorro.
Como se puede ver en las imágenes, el tiburón tenía clavado un anzuelo en el vientre. Eccles levantó la cabeza del animal por el morro y tras varios intentos consiguió quitarle el anzuelo que le estaba provocando el dolor.
Esta especie de tiburones no supone una amenaza para los humamos ya que normalmente su horario de caza es nocturno por lo que el acontecimiento es aún más insólito.
El Grupo de Conservación WildAid estima que cada año 73 millones de tiburones de esta especie son cazados, debido a que su aleta se considera un plato exquisito en Asia.