El anuncio cuenta el día a día de un niño noruego en su colegio. A la hora del recreo su fiambrera está vacía, así que decide dedicarse a dar vueltas por los pasillos y beber agua de las fuentes. Cuando vuelve a clase, se encuentra su fiambrera llena de comida ya que sus compañeros, conscientes de la situación del niño, se solidarizan con él.

Budfir, la Dirección noruega de la Infancia, la Juventud y la Familia, se ha encargado de lanzar el spot con el objetivo de, además de acabar con la malnutrición infantil, de concienciar a las personas para aumentar los hogares de acogida en el país.

El vídeo ha dado la vuelta al mundo y las redes lo han acogido de la mejor manera posible, hasta el momento ha conseguido 120 millones de reproducciones.