¿Quién era su contacto? Lo adelanta el diario 'La Razón'. Es José Luis Caro Vinagre, agente de la Guardia Civil. Queda más que claro en las conversaciones intervenidas. En una de ellas, Granados le cuenta a Caro Vinagre que se ha reunido con otro guardia civil que le ha dicho "por lo que ha visto, que no tiene duda, que 100% y que tiene una pinta mala, mala (...). Eso tiene una pinta malísima, me he metido yo y eso tiene una pinta...".

Pero la preocupación no queda ahí y va en aumento. Cinco minutos después vuelve a llamar y este es el tono de la conversación. "¡No tiene vuelta de hoja! Y además, cuando uno hace ese despliegue de medios y tal, el tema va... ¡el tema va pa'lante y serio! ¿sabes?".

También entra en juego rápidamente Marjaliza. Porque Granados se encarga también de telefonearle para ponerle en sobreaviso. Le cuenta la conversación con ese guardia civil y que estaban "haciendo cosas". Le avisa de que está siendo vigilado en su oficina y de forma casi inmediata Marjaliza reacciona llamando a su secretaria para advertirle. "¡Que tengo un policía ahi, un guardia civil en la puerta! y bueno, aparte el teléfino pinchao, ya lo sabes", le dice Marjaliza. Y su secretaria le responde: "Le vamos a volver loco porque no hacemos naaa".

Pero sí tenían motivos para darle importancia al asunto. Los dos fueron  detenidos en el marco de la operación Púnica. Están considerandos como los cabecillas de la trama y permanecen en prisión.