La infanta Cristina trató de defenderse en su declaración ante el juez Castro y para ello recurrió a la tesis de la ignorancia y de la amnesia.

El periodista Eduardo Inda sostiene que  "el juez se encuentra en la misma tesis que cuando decidió llevar a cabo la imputación" porque las evasivas no han servido para aclarar lo ocurrido. Además, sostiene que "la infanta Cristina tiene muchas posibilidades de acabar siendo sentada en el banquillo". En fechas, el juez Castro, según Inda, podría tomar esta decisión antes de Semana Santa.

En palabras de Carmelo Encinas, su estrategia consiste en "hacerse la tonta, una estrategia monolítica para defender su actuación e incluso la de su marido".

Por otro lado, Alfonso Rojo considera que "el juez se comportó como un inspector de Hacienda y ella le ha echado el marrón a su marido".

Nativel Preciado se muestra "escandalizada" y destaca que Doña Cristina didijo "saber lo que hacía su marido, no tener nada, ni segundas residencias, ni colecciones, ni nada, sólo una casita que era su ilusión".

Javier Aroca lamenta que el modelo que propone Cristina de Borbón pueda, si se acepta, "sentar precedente gravísimo para la jurisprudencia" y añade que "su modelo defiende la idea de la antigua sección femenina".