Irán atacaba el pasado martes a Israel en represalia por la muerte del líder político del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniye, y del secretario general del partido-milicia chií libanés Hezbolá, Hasán Nasralá.

Una operación para la que decidieron estrenar sus proyectiles más avanzados. En concreto, Irán lanzó contra Israel un misil balístico llamado Fattah 2, un proyectil hipersónico que mide 12 metros de largo.

Este misil, que fue presentado en noviembre del año pasado, puede transportar 200 kilos de explosivos y tiene un alcance de 1.500 kilómetros, por lo que Irán puede ejecutar un ataque contra suelo israelí desde su propio territorio.

Además, su capacidad de planeo permite realizar diferentes tipos de maniobras, lo que hace que sea difícil de detectar para los radares. Su velocidad máxima es 14 veces la del sonido, alcanzando unos 17.000 kilómetros por hora.