En 1986 Botín cogió el menor de los bancos españoles, que valía 3.900 millones de euros, y lo convrtió en el número uno español multiplicando por 30 su precio. En cuanto a su valor en bolsa, el Santander cotizaba a 25 céntimos frente a los más de siete euros de ahora. Agresivo como pocos, el Santander engordó con la compra de Banesto y del Central Hispano. El nuevo siglo fue el de la expansión internacional.
Emilio Botín, figura omnipresente con todos los presidentes de la democracia