En noviembre de 2013, Carlos Fabra dijo que no pediría el indulto. "No contemplo ningún indulto ni lo voy a pedir. Pero estamos muy lejos de todo eso, no hagan previsiones como he leído en un medio que decía que la cárcel espera a Fabra. Si me espera tendrá que esperarme todavía una temporada", ironizaba.

Al final ha pedido el indulto con dos argumentos. Primero se queja de que él ya ha sufrido bastante porque el proceso judicial ha durado 10 años. El segundo argumento que utiliza es que su conducta es acreedora del indulto. ¿Cuál es esta conducta?

Él siempre hace mucho hincapié en la presunción de inocencia, pero sólo para él. "A mí me parece que Bárcenas es un sinvergüenza como la copa de un pino", expresó sobre el ex tesorero popular. Lugo pidió perdón porque dijo que había sido un calentón.

"Qué hijos de puta, ¡payasos!"

Carlos Fabra es uno de los símbolos del derroche en este país con el aeropuerto de Castellón. "Dicen que estamos que estamos locos por inaugurar un aeropuerto sin aviones. No han entendido nada. Este es un aeropuerto para las personas", explicaba simpático el exregidor de la Diputación de Castellón.

¿Y cómo trataba Fabra a la oposición? Parece que en este caso tampoco se puede definir como un comportamiento irreprochable. "Qué hijos de puta, ¡payasos!", les insultaba en un pleno.

El último ejemplo también carga contra la oposición. Hablando sobre el PSOE de la Comunidad Valenciana, Fabra tiró de expresión popular: "Ajo, agua y resina. A joderse, a aguantarse y a resignarse".