El accidente se produjo a las 20.41 a 4 kilómetros de Santiago de Compostela. El tren descarriló en una curva muy pronunciada que se debe tomar a 80. Testigos presenciales aseguran que el tren circulaba a una gran velocidad, por lo que el exceso de velocidad se baraja como la causa del accidente.

El secretario de Estado de infraestructuras ha asegurado que no existían informes que advirtieran de la peligrosidad de ese tramo.

El impacto del tren al descarrilar fue de tal magnitud, que muchos de los asientos de los vagones se desprendieron. Uno de los vagones pasó por encima de un talud de cinco metros de altura y quedó destrozado a 15 metros.

La clave del accidente es el Teloc, la caja negra del tren que registra las velocidades, donde se podrá comprobar la velocidad a la que se produjo el descarrilamiento.