María Dolores de Cospedal admitió estar encantada de acudir a declarar y por ello llegó incluso media hora antes de la citación. Aunque su puntualidad no evitó el recibimiento de las personas que se congregaban en la puerta de la Audiencia Nacional a grito de “Cospedal a Soto del Real”,  aunque otros la animaban.

Dos concentraciones recibieron a Cospedal en la Audiencia Nacional. Los afectados por las preferentes se reunian para abuchear a la Secretaria General del PP, mientras los jóvenes de Nuevas Generaciones la apoyaron, dos grupos que al final acabaron enfrentándose.

Mientras la tensión en las puertas de la Audiencia Nacional crecía, Cospedal responsabilizaba a los tesoreros del partido, Lapuerta y Bárcenas, de la gestión de fondos y se desvinculaba de cualquier competencia sobre la contabilidad. A pesar de que ella estuvo al frente de la contabilidad varios meses, no reconoció la existencia de una contabilidad paralela.

Sin embargo, según los estatutos del PP, la secretaria general, de acuerdo con el artículo 42, se encarga de la dirección de todos los servicios del partido y la jefatura de su personal.

Además, en el artículo 45 dice que el responsable de finanzas desarrolla  las funciones que legalmente le correspondan y aquellas que le encomiende el comité ejecutivo. En su día Cospedal delegó en Bárcenas el manejo de las cuentas pero eso no eliminaría sus responsabilidades.

La otra clave es saber el porqué de su estrategia contra el presidente Rajoy, ya que lo pone como el responsable del finiquito de Bárcenas, o la indemnización en diferido, según ella.

Su comparecencia solo la preparó con sus colaboradores más cercanos y en ningún caso se habría reunido con Arenas, aunque sí que coincidió con él y con Cascos en negar los sobresueldos y la caja B del Partido Popular.