Osama Abdul y de su hijo Zaid, que intentaban por todos los medios escapar de los controles policiales húngaros, en su intento desesperado de cruzar la frontera húngara se toparon con la zancadilla que les cambiaría la vida. La imagen es vergonzosa, pero su historia caló, dio la vuelta al mundo y tanto Osama como su hijo Zaid consiguieron llegar a Alemania.

Allí se reunieron con otro de sus hijos, aunque otros dos más están en Turquía con su madre, sin poder reunirse por el momento. Osama fue entrenador de un equipo de la primera división siria, país del que huye por haber sido perseguido por el régimen Bacher al Assad, y por el Estado Islámico.

Esta historia llega a España y a la Escuela Oficial de Entrenadores de Fútbol que tiene la idea de traerle a España a entrenar un equipo de fútbol. Fue un alumno marroquí de la escuela, que habla inglés y árabe, el que viajó a Munich en busca de Osama y sus dos hijos para concretar la propuesta.

De Alemania fueron a París y de ahí a Barcelona, donde se les pudo ver en la estación de Sants, hasta que de madrugada, después de otro viaje más en tren, llegaron a la estación de Atocha en Madrid. Ya en Madrid Osama Abdul pedía a Europa que tuviera gestos como este con más refugiados que, como él, huyen de la guerra.

Después de todo el revuelo que le acompañó en su trayecto, ahora lo que queda es empezar una nueva vida y esperar que pronto también estén aquí en España su mujer y los otros dos hijos que siguen en Turquía.