El índice de precios de consumo (IPC) se moderó en julio hasta el 2,8% interanual, seis décimas menos que el mes anterior, por el abaratamiento de la electricidad, mientras que la inflación de los alimentos se recortó 1,1 puntos, hasta el 3,1%.

Santiago Carbó ha calificado de "buenos" estos datos, asegurando que esta bajada ha sido "una sorpresa". Sin embargo, ha advertido que esto suele tener "cierta volatilidad". Por tanto, aunque no cree que volvamos a ver los niveles de hace dos años, ha señalado que "podemos llevarnos alguna sorpresa".

El catedrático de análisis económico de la Universidad de Valencia ha recordado que en agosto los datos de la luz ya no son tan buenos. "Ha comenzado a afectar la tensión entre Israel e Irán, elevando los precios de los combustibles, que también se utilizan para calcular el precio de la luz", ha explicado.

Además, ha indicado que, en el ámbito del gas, la guerra en Ucrania también puede llevar a "un encarecimiento". "No digo que sea enorme, pero puede que no contribuya a ese descenso que hemos tenido en julio", ha destacado.

De esta forma, ha reconocido que no es bueno "lanzar las campanas al vuelo". Pese a todo, ha asegurado que estamos "en una senda buena".