Será la primera vez que la infanta Cristina se siente en un banquillo, y su defensa no quiere que nada se les escape. Según informa 'El País', los abogados de la infanta están preparando con ella ese interrogatorio. Un ensayo con preguntas y réplicas cruzadas. Es fundamental que no incurra en ninguna de ellas, porque el objetivo es que salga de esa declaración más cerca de la desimputación.

La defensa teme el interrogatorio del juez Castro. Es duro en sus preguntas y no le gustan nada las evasivas. El juez quiere aprovechar el interrogatorio para saber hasta dónde estaba implicada la infanta en los tejemanejes fiscales de su marido Iñaki Urdangarin y de su empresa, Aizóon.

El siguiente punto importante, según relata el diario, es explicarle cómo es esa sala, quiénes se van a sentar ese día junto a ella. Les preocupa mucho el ambiente que envuelva esa declaración. Habrá calles aledañas cortadas, pero los gritos se pueden escuchar perfectamente desde dentro. La defensa cree eso puede desestabilizarla y ponerle nerviosa.

La infanta podría acogerse a su derecho a no declarar, algo que descartan fuentes próximas a Zarzuela. Quieren que de respuestas, por eso están repasando todo: gastos, ingresos, declaraciones fiscales y facturas. Las últimas declaraciones, la de los peritos de Hacienda, le echaron un cable. El sábado 8 de febrero estará ella sola.