Bruselas nos pidió deberes para este 2013. Cambiar el sistema de pensiones, recortes en sanidad, reformar la reforma laboral, tajo en las administraciones, cambios en el sector de la energía... pero también hablaba de impuestos. En los deberes para 2014 estaba la creación de nuevos tributos y retocar los que tenemos, entre ellos el IVA. Y dentro del IVA, el reducido. El que está ahora mismo en el 10%. La idea sería pasar muchos de esos productos al IVA general, que está al 21%. Consecuencia: todo más caro.
Ahora mismo el IVA más alto que tenemos es el IVA general, en el que tiene prácticamente todo, está gravado con un 21%. Es el IVA que ya se subió en septiembre y en el que están metida desde la ropa y el calzado, hasta los coches, pasando por las joyas, las entradas de cine, las funerarias, el tabaco y alcohol o los productos de higiene personal.
A este grupo, podrían pasar algunos productos del IVA reducido. Alimentos elaborados, agua, productos sanitarios, el transporte o la hostelería podrían pasar del 10% de IVA al 21%. Un salto de once puntos que podrían tener, no todos pero algunos de estos productos y, por cierto, los sanitarios tienen muchas papeletas.
Si deciden subir el de la hostelería, que al fin y al cabo es el del turismo, sería un mazazo a un sector que está tirando de nuestra economía. De momento lo que parece que se salva es el 'superreducido', el IVA de los productos más básicos, como el pan o la leche, y que está al 4%.