Es lo que llaman muchos el fin de la inmersión lingüística, pero una de las cosas más polémicas es si un alumno pide estudiar en castellano. Va a tener que poder hacerlo en uno público en su zona y, de no ser así, los padres podrán acudir al ministerio de educación que será el que le pague el colegio privado de turno. Se lo pagará el ministerio aunque se lo descontará a la comunidad autónoma de su financiación. Es decir, que al final quien paga es la autonomía.
Todo esto, según el presidente de Cataluña, Artur Mas, lo que hace es revelar claramente las verdaderas intenciones del ministro Wert. Tampoco han visto con buenos ojos esta reforma los nacionalistas vascos que hablan de retroceso.El Gobierno ha apartado ya un montante de 5 millones de euros para unos potenciales 1.000 alumnos a los que podrían, según sus cálculos, pagar su enseñanza en castellano en colegios privados.