Portuondo está acusado de blanqueo y corrupción entre particulares y declaró ante el juez en agosto para decir, entre otras cosas, que estuvo pagando a una de las empresas de Rato, Kradonara 2001, 40.000 euros al mes.

Y ese dinero lo recibió en de asesoramiento, que no se justifica de ninguna manera porque según Portuondo, ese casi millón de euros en total que pagó a la empresa de Rato era por asesorarle verbalmente.

Portuondo, que comenzó su carrera como director general de Coca-Cola en Portugal, hasta 1997, monta diez años después una agencia que tenía como único socio a la sociedad Albisa, una empresa que habría recibido a su vez dos millones de euros de dos agencias de publicidad que, curiosamente, multiplicaron su negocio en la etapa de Rato al frente de Caja Madrid.

Alberto Portuondo es, pues, uno de los presuntos testaferros de Rato, pero no el único, porque los investigadores creen que Miguel Ángel Montero, que ahora mismo aparece vinculado a 35 sociedades nada menos.

Y no solamente habría ayudado a Rato a blanquear dinero procedente de comisiones, como Portuondo, sino que también se habría encargado de mover un entramado de sociedades vinculadas a Rato en la época en la que Rato era ministro de Economía y vicepresidente del Gobierno de Aznar. Miguel Ángel Montero ya declaró en el juzgado, al igual que la secretaria de Rato.