"Todo empieza con una foto, una imagen que recibe un anticuario, Juan Manuel Marce", cuenta Mamen Mendizábal en este reportaje de Anatomía de... dedicado a la investigación del misterioso robo de unos cuadros de Francis Bacon producido en Madrid en 2015. Las obras de arte fueron sustraídas del piso de su amante español, y nadie, salvo sus amistades más cercanas, conocían su existencia.
"Juan Manuel Marce, un tipo con reputación en el sector de la pintura, que es un hombre prudente, lo primero que hace es enviar la foto de ese cuadro a una empresa británica en Londres que se llama Art Loss Register. Es una empresa dependiente de Sotheby's, la famosa empresa de subastas británica, que se dedica solo a hacer un compendio de las obras robadas en todo el mundo", cuenta José María Irujo, jefe de investigación de El País. Él fue uno de los dos autores del artículo que sacó a la luz este caso, llevado en secreto por la Policía.
La propia empleada de esa empresa británica comunicó con la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional la consulta que le había hecho ese marchante de Sitges. Así lo ratifica en el programa Óscar Liz, agente de la brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional. "Nos llega una notificación en la que se nos comunica que una persona de Sitges, en Barcelona, le ha mandado un correo electrónico solicitándole información sobre una obra de Francis Bacon y le remite una fotografía o dos fotografías de anverso y reverso de una obra de Francis Bacon". Efectivamente, la imagen correspondía con la de una de las obras sustraídas.
Ese contacto con el marchante de arte de Sitges pone en alerta a la Policía, que diseñó una estrategia para ganar tiempo. Solicitó a la empresa que retrasase la respuesta a esa persona para tener tiempo de investigarla en profundidad. Desde allí, enviaron un esclarecedor mail al anticuario de Sitges. "El cuadro que me ha enviado de Francis Bacon es un cuadro presumiblemente robado el 22 de junio de 2015 en Madrid. Está en las bases de la Interpol".
Marce se puso en contacto con quienes le enviaron las fotografías. La Policía estaba escuchando sus llamadas. "El propio Marce demuestra en esas llamadas que es un tipo honrado, que está muy preocupado con ese ofrecimiento y le llega a decir cosas como que ya son muy mayores para meterse en ese fregado o que si le ofrecen algo que sea legal, adelante, pero que hay que comprobarlo todo, porque puedes dar un patinazo monumental", desvela Irujo. "Yo no quiero líos, ¿vale?", recalcaba el marchante.
En sus conversaciones con posibles compradores a los que había ofrecido el cuadro antes de saber que era robado les advertía de la situación. "Les envía incluso la respuesta
que le dan desde Londres en inglés de que esos cuadros están en la sede del archivo de Interpol como cuadros robados".
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Las escuchas policiales hicieron que el marchante de Sitges quedara descartado como sospechoso, pero las fotos aportaron nueva información a los investigadores. Las imágenes salieron de Madrid y fueron enviadas por dos anticuarios. Por fin, la Policía tenía ya nuevos nombres.
El Ministerio de Cultura supervisaba las cuentas
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