Los propietarios de la central de nuclear de Vandellòs no cumplieron con las exigencias del Consejo de Seguridad Nuclear. Tan solo una hora después de que se proclamara el fuego, lo operarios se dieron cuenta de que la zona nuclear se encontraba completamente inundada debido a la rotura de una tubería.

Los bomberos, que trataban de controlar el fuego, lo único que hacían "era añadir más agua a la inundación" y, por tanto, aumentar el problema, ya que si el agua estropeaba los ventiladores que enfriaban el reactor todo estaba perdido, explica Joan Carles Carles, inspector residente en la central nuclear Vandellòs II a Mamen Mendizábal.

Luis Martínez, bombero en este operativo, se encontraba junto a su equipo intentando apagar el fuego en la turbina y el alternador cuando, de repente, llegaron "técnicos de la nuclear con las manos en la cabeza y chillando que paráramos de tirar agua porque estábamos inundando la parte nuclear e íbamos a provocar una tragedia". El momento más crítico llegó cuando se perdieron tres de los cuatro ventiladores de la central nuclear.