Enric sacaba las historias para inspirar su vida de mentiras de películas y la información que había sobre los campos de exterminio nazis tras los juicios de Núremberg. Se aprendió muy bien el relato y repite una y otra vez su versión de la película. Una de sus anécdotas más impactantes y que no paraba de contar era la historia de la partida de ajedrez contra un oficial de las SS.

Memorizó tan bien esta historia que no hay casi diferencias en la forma en que la cuenta. "Es aquel alarido de bestia…De bestia herida de una noche en la barraca. Aquel ambiente tan denso de animal de la barraca y oyes en el momento el alarido de un animal. No es un hombre, es un animal", expresaba Enric Marco en una entrevista en su casa, en una narración que apenas tiene diferencia con la que contó en el Congreso. "Aquellas noches en la barraca. Aquellas noches en aquel ambiente tan turbio, tan denso de humanidad. Las noches en las cuales en un momento sentías un alarido, un grito de animal herido", declaraba ante los diputados.

"Parece que Enric jugaba al ajedrez bastante bien y que había un oficial que decía que era muy bueno y lo retó", cuenta Nina Hidalgo, que relata que la partida fue larga y el oficial nazi se estaba enfadando porque iba perdiendo. Enric acabó ganando la partida y el militar le rompió el brazo. "Él lo pasó muy mal con aquel brazo roto, pero estaba absolutamente orgulloso, porque su dignidad frente a los asesinos quedó...Y él era un símbolo de esa victoria contra ellos, de la única que pudieron hacer", afirma la profesora de Historia.