En el verano de 2015 fueron robados cinco cuadros de Francis Bacon en un piso del centro de Madrid, en concreto, del domicilio de José Capello, el amante del pintor durante años. Esos cuadros habían sido un regalo de amor y muy poca gente sabía de su existencia. Su valor en el mercado supera los 30 millones de euros. Pero nadie vio ni oyó nada. Sin duda, es el mayor robo de arte contemporáneo de la historia de España.

A pesar del secretismo de la Policía, dos periodistas de "El País" descubrieron el robo y, desde ese momento, la investigación de la Policía se cruzó con la periodística. De esta forma, se descubrió que el robo se produjo meses antes, en junio o julio de 2015. Mamen Mendizábal analiza en el vídeo principal de esta noticia con expertos, policía y periodistas a los miembros de la banda que están detrás del robo de los cinco cuadros de Bacon. El líder es Cristóbal García, a quien los que le conocen le describen como un hombre atractivo, capaz de enredar a cualquiera con su capacidad de seducción y su don de palabra.

Cristóbal García Caballero es, supuestamente, para la Policía el cerebro de la operación. Se trata del tipo más inteligente de todo el grupo: un marchante de Castellón, de 40 años, que ha vivido en Londres, en París, que vive en la calle Libertad y que entiende de arte. A partir de ahí, ya dan con el resto de la banda. La Policía también tiene localizados a dos anticuarios del Rastro, quienes afirman que ellos tienen la fotografía, pero que nunca han tenido los cuadros en su posesión. Sin embargo, identifican a la persona que les ha hecho llegar la fotografía: Ricardo Barbastro, el cual tiene también relación con Cristóbal García.

El 'caso de la SGAE' se saldó con un condenado a dos años de cárcel por pagar 40.000€ en prostíbulos con la tarjeta de la sociedad

Todos absueltos

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Los nueve detenidos durante la investigación a la SGAE fueron absueltos, también su presidente, Teddy Bautista, y Rodríguez Neri. Tan solo condenaron a Pedro Farré, responsable de relaciones corporativas de la SGAE, por gastar 40.000 euros en prostíbulos pagados con la tarjeta de la sociedad.