Mónica Cervera, la primera mujer que denunció a Albert Cavallé, más conocido como 'el estafador del amor', cuenta qué supuso para ella "un punto de inflexión" e hizo que perdiera el contacto con Cavallé durante años. "Una noche de madrugada mientras yo dormía me envió un mensaje diciendo que quería quedar. Al final insistió tanto que acabé aceptando y me vino a recoger. Intentaba fardar en el coche", recuerda Cerveza.
Sin embargo, en un momento dado, el hombre "hizo una parada en un barrio residencial" que a Mónica no le daba "buena espina". "Picó una puerta y salió otro hombre con el que habló", señala, tras lo que reconoce que Cavallé buscaba droga. "Cuando llegamos a su casa, sacó una bolsita con polvos y esnifó. Para mí, eso supuso un punto de inflexión y no volví a hablar con él durante cuatro años", relata la mujer.
Juan Carlos I, presidente de Honor
La SGAE contrató a Urdangarin y al instituto Nóos para limpiar su mala imagen: "Era un cliente perfecto"
"Eso fue cojonudo", espeta Ramoncín sin poder contener las risas, ya que el Instituto Nóos aprovechó para venderles al rey Juan Carlos I, quien terminó convirtiéndose en Presidente de Honor de la SGAE. "Nos chulearon durante tres años y nos sacaron 100.000 euros anuales", reconoce Víctor Manuel.