La exclusiva de El País sobre el robo de los cuadros de Francis Bacon, valorados en más de 30 millones de euros, del piso de su amante español ubicado en el centro de Madrid, tiene repercusión en el mundo entero. La Policía había pedido silencio absoluto sobre este asunto a los periodistas, pero el tiempo apremiaba y la investigación había sufrido un fuerte revés recientemente, lo que les obligó a publicar.
Esto, a su vez, fuerza a la Policía a acelerar el proceso. "En argot policial se llama 'tirar del asunto', que es provocar, solicitar los mandamientos de entrada y registro para evitar que los poseedores de las obras las desplazaran. [...] Tuvimos que acelerar el proceso. Ese día frenético de locura acaba con siete detenciones", cuenta Óscar Liz, agente de la brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Nacional en Anatomía de...
"Y a la vez ni una pista de dónde están los cuadros", recalca Mamen Mendizábal. "Ni una pista de dónde están los cuadros", confirma Liz. Pero, volvamos a las detenciones. La policía ya tenía a siete sospechosos del robo de los cuadros de Bacon en 2015. Les interrogaron, pero, de momento, no podían demostrar que ellos hubieran perpetrado el robo. Tampoco consiguieron localizar los cuadros tras los registros. Así que, a pesar de las sospechas, tuvieron que dejarles en libertad con cargos para poder seguir con la investigación.
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Pero, ¿cómo llega la Policía a la detención de estos siete sospechosos? Todo comienza un mes antes, en Sitges, Barcelona, cuando un marchante de arte recibe una fotografía con uno de los cuadros robados de Francis Bacon.
El Ministerio de Cultura supervisaba las cuentas
La UCO de la Guardia Civil afirmó que la SGAE desvió 47,6 millones de euros
La periodista Eva Lamarca explica en este vídeo cómo se movía el dinero entre la SGAE, la SDAE y las diferentes empresas del entramado. En el sumario del caso aparecían reflejadas "habitaciones de hotel, relojes de lujo y una factura de 66.000 euros de un gimnasio"