La Brigada de Patrimonio de la Policía Nacional, el juez y el fiscal deciden que hay que acceder a la catedral de Santiago y registrar cada rincón del templo. "Que entre la Policía en la catedral de Santiago es la admisión del Cabildo de que no controla su negociado", explica el periodista de Religión Digital Jesús Bastante.
José Antonio Vázquez Taín, juez instructor, rememora cómo se realizó esa inspección. Pese a disponer de los planos del templo, "había una planta intermedia que no figuraba", recuerda. Señala, además, que se realizó "un examen exhaustivo de los cierres, cerraduras, de cuánto tiempo llevaban sin moverse algunas ventanas... Incluso por el polvo se podía calibrar".
La Policía ya tenía la certeza de que el robo se produjo durante la primera semana de julio de 2011. ¿Quién tuvo acceso al Códice durante esos días? La investigación confiaba en que las cámaras de seguridad pudieran ofrecer la clave.
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Sin embargo, los investigadores observaron desde su primera visita "deficiencias en los sistemas de seguridad y en cómo estaba guardado el Códice", recuerda Rebeca Lorenzo, miembro de la Brigada de Patrimonio. "Nos dimos cuenta de que por las noches la luz del claustro quemaba las imágenes, con lo que las grabaciones de las horas nocturnas no se podían visionar", apunta Lorenzo.
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Juan Carlos I, presidente de Honor
La SGAE contrató a Urdangarin y al instituto Nóos para limpiar su mala imagen: "Era un cliente perfecto"
"Eso fue cojonudo", espeta Ramoncín sin poder contener las risas, ya que el Instituto Nóos aprovechó para venderles al rey Juan Carlos I, quien terminó convirtiéndose en Presidente de Honor de la SGAE. "Nos chulearon durante tres años y nos sacaron 100.000 euros anuales", reconoce Víctor Manuel.