"Con la clientela del local mucho respeto, ¿de acuerdo?", dice un agente a sus compañeros antes de llegar a un local en el que van a hacer una redada. "La policía está acordonando la zona y están realizando algunos registros", cuenta Jalis de la Serna, que acompaña a los agentes en esta intervención. Los cuerpos de seguridad dan la orden de entrar y el reportero se sitúa detrás de ellos para ir al interior del pub.

La Policía Nacional se sorprende con la cantidad de gente que hay en el local, explican a Jalis que van a ir sacando hueco y cacheando al que vean interesante. El copresentador de Apatrullando cuenta que los nacionales están separando a las personas, a unos les dejan salir y a otros les apartan para cachearles en busca de estupefacientes. "Gente joven, con riñonera, queremos prevenir tanto la venta a pequeña escala como el consumo", expone un agente a Jalis cuando le pregunta por qué perfil buscan.

Cuando el bar está más vacío, la policía entra al local con un perro para que busque sustancias. El animal encuentra droga en un bote y un policía cuenta a Jalis que está preparado para encontrar estupefacientes y billetes. Mientras el can continúa con su trabajo, otros compañeros se encuentran en la barra comprobando que los trabajadores del bar están en situación regular.

El perro en su registro particular encuentra otra bolsa con un gramo de cocaína, supuestamente, y un puñal debajo de una silla. Jalis se sorprende de que haya un arma blanca y pregunta a un policía. El agente le responde que seguramente sea para defenderse en caso de alguna reyerta. "Suele ser entre ellos cuando beben demasiado y pierden un poco el control", le explica al reportero. Finalmente, el perro marca el billar como un posible punto donde encontrar más estupefacientes. Un agente imagina que habrá olido el dinero, pero cuando otro compañero mira, encuentra otra bolsa con droga.