La dueña de un bar se queja en redes sociales de la actitud de una clienta. Un grupo de cinco amigas entra su establecimiento y cuatro de ellas consumen allí. La otra saca de una bolsa un túper y una botella de agua y se pone a comer allí, sin decir nada, ni pedir permiso. Cuando acaba la comida, la chica va al camarero y le pide que le tire el túper, algo que, por supuesto, no hace. La propietaria alucina con que la mujer ni salude, ni pida permiso, consuma productos de fuera del bar y encima pida que le tiren el recipiente.

"Yo creía que le iba a dar el túper para que se lo lavara", opina Angie Cárdenas, mientras que Tatiana Arús flipa con la "jeta" de la gente. "Muchas veces llevo mi merienda a una cafetería pero me pido un café y un agua", confiesa Tatiana, que expone que "igual hay propietarios que les sienta mal, pero yo estoy consumiendo".

Para Alba Gutiérrez, depende de si el bar ofrece comida para saber si se puede hacer o no. "No es lo mismo que te lleves un bocadillito o un croissant que a lo mejor hacer un servicio entero", piensa. Tatiana Arús expone que ya hay muchos establecimientos que pides la consumición y ellos tienen puesto ya un microondas.