En la fría noche de Madrid, Carmen Lomanaespera a su Cabify impaciente y "helada". Los periodistas aprovechan esta ocasión para preguntar a la colaboradora sobre algunos asuntos, como su opinión sobre Íñigo Onieva después de que Tamara Falcó haya conseguido que vaya a misa.
"Uy sí, sí. Ese ha pasado de rufián a monaguillo, como dicen. La Iglesia une mucho", responde pidiendo que no le vuelvan a tirar de la lengua. "Pero, ¿por qué me hacéis hablar?", se queja. Sin embargo, la redactora insiste y consigue su objetivo.
"Llegaste a decir que Tamara tiene los dedos muy gordos y que no le queda bien el anillo", le recuerda la reportera. "Ah, no sé, no se los he visto", se excusa Lomana, que, ante la repregunta de la redactora, cambia de estrategia. "Yo digo unas tonterías, ¿verdad?"
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En Aruser@s tiran de hemeroteca para demostrar que efectivamente, Carmen Lomana pronunció estas palabras.