En la fría noche de Madrid, Carmen Lomanaespera a su Cabify impaciente y "helada". Los periodistas aprovechan esta ocasión para preguntar a la colaboradora sobre algunos asuntos, como su opinión sobre Íñigo Onieva después de que Tamara Falcó haya conseguido que vaya a misa.
"Uy sí, sí. Ese ha pasado de rufián a monaguillo, como dicen. La Iglesia une mucho", responde pidiendo que no le vuelvan a tirar de la lengua. "Pero, ¿por qué me hacéis hablar?", se queja. Sin embargo, la redactora insiste y consigue su objetivo.
"Llegaste a decir que Tamara tiene los dedos muy gordos y que no le queda bien el anillo", le recuerda la reportera. "Ah, no sé, no se los he visto", se excusa Lomana, que, ante la repregunta de la redactora, cambia de estrategia. "Yo digo unas tonterías, ¿verdad?"
Más Noticias
Una chica lanza a su amiga por la borda al pillarla con 'las manos en la masa' con su marido: "¡Bon voyage!"
Las lágrimas de Lydia Lozano por la muerte del periodista Carlos Ferrando: "Se va un amigo. Todo el mundo le quería"
Una madre decide pintar una uña del pie de diferente color a sus trillizos para saber quién es cada uno
El truco casero definitivo para dejar el baño limpio, con buen olor y libre de bacterias y sarro
Una chica, su novio y su madre se van a vivir a una parada de autobús en Bristol: "Es un loft ideal para parejas"
En Aruser@s tiran de hemeroteca para demostrar que efectivamente, Carmen Lomana pronunció estas palabras.