Daisy Ridley, la actriz que saltó a la fama por su papel de Rey en la saga de 'Star Wars', ha contado en la revista Women's Health cómo ha vivido el rodaje de su última película de 'La joven y el mar' y se ha sincerado desvelando que padece de la enfermedad de Graves.

La actriz ha revelado que en la adolescencia le diagnosticaron endometriosis y a los 20 años, ovarios poliquísticos. Algo que nunca ha ocultado y siempre ha intentado hablar de ello tanto en entrevistas como a través de las redes sociales. Ahora, a sus 32 años, ha tenido que bajar el ritmo y escuchar a su cuerpo. Totalmente sincera, ha desvelado a la entrevistadora, que padece la enfermedad de Graves. Un trastorno del sistema inmunológico que provoca una sobreproducción de hormonas en la tiroides.

Es la primera vez que lo comparte públicamente. Se lo diagnosticaron en septiembre de 2023. La londinense cuenta que empezó a sentirse mal tras el rodaje de Magpie, el thriller psicológico dirigido por Sam Yates: "Pensé bueno, acabo de interpretar un papel realmente estresante, presumiblemente por eso me siento mal".

Es por ello que escribió a su endocrino describiéndole los síntomas que incluían taquicardia, pérdida de peso, fatiga y temblores en las manos. Otro síntoma que notó la intérprete es que su carácter cambiaba, experimentando cierta tristeza y también una actitud más irritable. "Fue gracioso, yo estaba como, 'Oh, sólo pensé que estaba molesta con el mundo'. Pero resulta que todo funciona tan rápido que no puedes relajarte", apunta.

Como explica en la entrevista, el diagnostico ha llevado a Daisy a una pauta más rutinaria de medicación diaria y a una dieta más consciente. Decidió, entre otras decisiones, dejar el gluten. "No soy muy estricta al respecto, pero en general reducir el gluten me hace sentir mejor", dice. Con su nueva realidad, cuenta que su régimen de ejercicio también ha cambiado. "Siempre me he preocupado por mi salud y ahora intento preocuparme más por mi bienestar", concluye.

En su último filme, 'La joven y el mar, reencarna el papel de una nadadora que bate récords, una preparación que ha sido intensa tanto física como mentalmente. La actriz cuenta en la revista el duro entrenamiento que ha tenido que seguir, donde guiada por la olímpica Siobhan-Marie O'Connor, entrenaba durante una hora y media, tres o cuatro veces por semana, a lo largo de dos meses y medio.