Es el 'Jefe ratonero' de las oficinas del número 10 de Downing Street, la residencia oficial y oficina de trabajo del primer lord del Tesoro y del primer ministro del Reino Unido. El gato Larry llegó a la vivienda con David Cameron al mando, y desde entonces, mora por la famosa calle de Westminster. El felino se ha convertido en todo un fenómeno en el país, cuya inestabilidad política le ha llevado a aferrarse a la única figura que permanece inamovible y que incluso, cuentan que llegó a predecir la renuncia de Liz Truss.
Precisamente, fue ella quien intentó ganarse la confianza de Larry con una caricia y él la esquivó. Su falta de simpatía por la anterior inquilina de su residencia fue ampliamente comentada y muchos apuntan esta frialdad como un augurio de lo que estaba por venir. Por eso, no es de extrañar que la actitud de Rishi Sunak, el nuevo primer ministro británico, sorprenda a los colaboradores de Aruser@s.
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"El gran error lo comete el primer ministro porque pasa de largo y no saluda a Larry. Sabiendo el poder que tiene Larry hay que ser muy tonto para no saludar", comenta indignado Alfonso Arús. "Tienes que caerle bien al casero", aconseja Tatiana Arús.