"Anda que no engancha el Mario Kart", reconoce Angie Cárdenas. Quizá a ella también le gustaría sumarse a este grupo de ancianas que cada tarde de verano queda en una de sus casas de manera rotativa para jugar a este mítico videojuego que, sin duda, es uno de los favoritos para varias generaciones.
Las abuelas no despegan el ojo de la pantalla y compiten entre ellas para llegar en primer lugar a la meta, como podemos ver en este vídeo emitido en Aruser@s. "Y les va muy bien para la agilidad mental", comenta Tatiana Arús.
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"En mi época, las abuelas quedaban para jugar al remigio, a la brisca, hacían solitarios...", recuerda Alfonso Arús, un tanto sorprendido con el pasatiempo que han elegido estas señoras. Pero los tiempos del ganchillo y el punto de cruz ya han quedado atrás.