Una vez probado el cocido madrileño de Albor (Atocha), los concursantes de Batalla de restaurantes Madrid y Alberto Chicote le hincan el diente al resto de platos con muy buen sabor de boca. La lubina, la caldetera de rodaballo, la presa... todo está bastante rico, a su juicio. Aún así, los hosteleros no entierran el hacha de guerra.
"Yo creo que es difícil hacer bien un pescado así y que esté bueno", dice Ainhoa, de Pancipelao, intentando alabar la lubina. Sin embargo, hay quien malinterpreta sus palabras. "Pero no está malo", recalca Miguel, de Descaro. "Eso es lo que te estoy diciendo, que no está malo", aclara ella un tanto molesta.
Alberto quiere saber su opinión acerca de la carne, pero Miguel interrumpe cuando ella se dispone a dar su respuesta, un gesto que molesta al presentador. "Deja hablar a la muchacha, que le estoy preguntando", le pide ya un tanto alterado. El hostelero se tapa la cara en respuesta.
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"Aquí se ha visto totalmente cómo es Miguel. De hecho, Alberto le ha frenado, así que yo creo que tendrá que pararse un poquito si quiere continuar y caer bien a todo el mundo, porque sino vamos a acabar tirándonos los postres a la cabeza", confiesa ella en su entrevista personal frente a las cámaras.